• Genere un ambiente satisfactorio, placentero, tranquilizador, agradable, exento de amenaza.
• Respete los atractores humanos: bienestar cotidiano, calidad de vida, placer, disfrute.
• Reduzca lo más posible, en usted y en el otro, los principales repulsores humanos: miedo, hostilidad.
• Evalúe y facilite en sus alumnos la curiosidad, permita el desarrollo de intereses.
• Permita que la curiosidad se transforme en exploración activa.
• Sea propositivo, no impositivo.
• Permita el debate.
• Alcance consensos y respételos.
• Trate de captar y seguir los ritmos del otro. No se apure, no apure. Escuche, acompañe.
• Trabaje en el área de máximo rendimiento, nunca en el área de mínimo fracaso.
• Ponga el acento sobre los logros y no sobre los errores.
• Enseñe y eduque según la Pedagogía Contextual: en todas las áreas, en interacción constante con los otros educadores: familia, comunidad, medios.
• Mantenga claridad de objetivos. Lo importante nunca es el contenido solamente.
• Utilice los diferentes carriles de aprendizaje (inteligencias múltiples) para organizar sus didácticas / estrategias. Permita que cada individuo cree sus estrategias procedimentales.
• Adecue sus didácticas / estrategias a la situación real del grupo / del individuo.
• Conozca profundamente las etapas del desarrollo con las que usted interactúa.
• Ante la manifiesta imposibilidad de aprender por parte de su alumno, evalúe los factores de riesgo contextuales y las vulnerabilidades propias del individuo.
• La detección debe conducir a un proceso diagnóstico del individuo en su contexto. Los rótulos individuales estigmatizan y por sí mismos no ayudan desde el punto de vista educativo / terapéutico.