• La Atención Temprana presenta aspectos tanto educativos como terapéuticos. La atención en educación, salud y acción social es una misma atención, sólo que observada desde distintos puntos de vista.
• La Atención Temprana presenta aspectos tanto vinculares como (re)habilitatorios. Si falta el trabajo en uno de estos aspectos, no puede hablarse de Atención Temprana.
• Puede aplicarse Atención Temprana desde la concepción. La Atención Tempranísima (previa al nacimiento) debería constituir una subdisciplina.
• Educador y terapeuta deben conocer el marco referencial teórico / la pedagogía con que trabajan.
• El profesional de Atención Temprana debe conocer al detalle las características de desarrollo correspondientes a las edades madurativa y cronológica del sujeto.
• La detección temprana es de importancia fundamental. Es parte de la Atención Temprana transmitir a los actores sociales herramientas de detección de anomalías presentes o futuras en niños por nacer o de muy corta edad.
• Siempre debe efectuarse el diagnóstico del contexto y de la situación sociocultural en que el abordaje se llevará a cabo, así como de la situación del sujeto mismo y de su desarrollo.
• El ser humano nunca presenta un trastorno solamente biológico o psicológico o social, emocional o cognitivo, sino todo eso a la vez. La manera de tipificar el trastorno no depende del área afectada, sino de la nosografía aplicada por el profesional.
• Hay tres momentos antes del inicio concreto del trabajo con el sujeto: Obtención de datos, Elaboración del material y Establecimiento del programa terapéutico.
• La Orientación Psicoeducativa a los Padres constituye el abordaje de primera elección en el tratamiento del niño. Sin participación de los padres u otras figuras que adopten esos roles no se puede hablar de Atención Temprana.
• La adopción de un plan de trabajo global permite contemplar todas las variables, lleva al trabajo en equipo multidisciplinario y ordena el trabajo profesional.
• El trabajo educativo o terapéutico sólo puede llevarse a cabo mediante el establecimiento de una relación, pedagógica / terapéutica / cultural.
• El trabajo del profesional con el niño jamás debe realizarse a solas, sino siempre en presencia de sus figuras de referencia.
• La interacción con la familia y la consideración de sus necesidades es esencial.